Basando la estrategia de mercado en la austeridad y la creatividad.

En la nueva disposición que presenta la estructura socio-económica, un gran número de consumidores ya no se sienten a gusto, ni identificados con la ostentación; ni pueden permitírsela. Ahora bien, aún queda un segmento muy importante del mercado, donde los productos de lujo están creciendo en cuanto número de operaciones y valor. Esa es la elección que debes hacer para centrarte en tu público objetivo. Tu decisión, en este punto, es la línea de salida.

‘- es +’

Aquí y hoy vamos a hablar del segmento mayoritario de gran consumo. Como sus recursos son limitados y debe elegir muy bien las compras a realizar, está desapareciendo la compra compulsiva. Con lo cual nos encontramos con los centros y superficies comerciales llenos de visitantes, pero al mismo tiempo con la queja de los comerciantes que no hay manera de llenar la caja.

Se está buscando la realización personal en otras actividades, la actividad ‘comprar’ se está desinflando de manera vertiginosa. El consumidor está cansado de comprar por comprar, y consumir por consumir. Entonces un modo de diferenciarse de la competencia, y además por razones de viabilidad del negocio vía reducción de costos se apuesta

por presentar, comunicar y mostrar el producto o servicio de modo austero y simple, pero al mismo tiempo impactante.

¿Cómo puedes plantearte tu actividad en esta nueva situación?

 

Fideliza al cliente insistiendo en la oferta inteligente y útil, con mucho contenido y emoción.

Prestando mucha atención al lenguaje, tanto el verbal como el visual, en las campañas de comunicación, publicitación y promoción. Aboga por la perspicacia e inteligencia del cliente.

El uso de la genialidad, de la creatividad, aprovechando los productos y servicios ya existentes para crear algo inédito y diferente. Aquí es donde ganan fuerza los profesionales creativos que estrujan las posibilidades hasta convertirlas en atractivas y pulsantes.

Escapa de las propuestas meramente estéticas, aportar contenido ‘usable’, y lo más importante en el ‘concepto’ a transmitir. Hay que saber conceptualizar, agrupar las ofertas en conceptos fácilmente entendibles.

Coherencia con los valores propios ¡Cuidado con las contradicciones! Pueden generar desconfianza, y perder transparencia.

Y como siempre, el packaging que ofrece belleza y aporta atracción ante la sorpresa, debe estar impregnado de sencillez, creando impacto con su casi ausencia.

Como resumen, ser diferente con bien poco.

 

Y que no te asuste la CREATIVIDAD.