Innovar o morir, o más bien cerrar. 

Cuando las nuevas ideas no acaban de funcionar.

 ¿Qué decisión tomar?

En este nuevo contexto socio-económico la apuesta por la innovación, por la velocidad, y aún más innovación + velocidad es uno de los factores críticos para el éxito profesional y éxito empresarial.

Hay que tener un plan estratégico, pero trazado en un horizonte cercano en el tiempo. Hay que tener un proyecto de innovación, sino poco tenemos que aportar al mundo de los negocios. Ahora bien estos planes, estos proyectos tienen que basarse en tácticas tipo ‘Blitzkrieg’, guerra relámpago.

Actualmente la caducidad de una innovación en la creación de nuevos productos o servicios es el doble que en la generación de ideas innovadoras anteriores. Pues, ¡hay que darse prisa!

 ¿Los resultados empresariales obtenidos no son los esperados?

Antes de entrar en la vorágine que exige tu actividad en el día a día  ¿Por qué no paras un momento para analizar y reflexionar sobre los resultados generados?  ¿Mantengo la decisión tomada o no? ¿O vale la pena? Vamos, preguntas de toda la vida.

 ‘Dar un golpe de timón sin caer por la borda’
  • El éxito de tu negocio o actividad profesional debe basarse en el liderazgo en la toma de decisiones. Decisiones que aporten una actividad transversal, ya no vale ni la ejecución vertical, ni la horizontal.
  • Unas decisiones respaldadas por la determinación. ¿Determinación?
  • Sí, capacidad de tomar la decisión en el momento,  sin aplazarla por excesiva reflexión y análisis, la decisión debe ir acompañada de acción rápida, segura y firme.
  • ¿Firme? Claro, generando la confianza suficiente en el proyecto. Sin olvidar  la importancia de la evaluación, control permanente en tu plan de acción.
  • ¿Y si los resultados no son los esperados con la decisión tomada? Dar un golpe de timón. Cambiar, adecuar, modificar la decisión, no prolongar la agonía de forma tormentosa y hacia el fracaso de la organización.
 Un golpe de timón no significa:

Gestión por indecisión. Todo lo contrario, significa agilidad, flexibilidad, y valentía para cambiar de planteamiento, de idea después de haber hecho una elección. Cambiar de dirección es, sencillamente, lo que se debe hacer en algunas circunstancias.

¿Qué circunstancias? De nuevo: cuando los resultados con la innovación propuesta no son los proyectados.

Esto sí que requiere de determinación, capacidad de sacrificio, pasión. Y cómo no, contar con un plan estratégico bien definido donde la Misión y Visión estén bien plasmadas de acuerdo a tus principios y valores, tanto profesionales como personales, si no te resultará muy difícil mantener esa determinación.

Mucho más simple… ante una decisión errónea, activa tu Intuición, y replantea tu decisión.

 ‘Un golpe de timón sin caer por la borda’

Y  consiguiendo tu  éxito en el nuevo contexto Blitzkrieg